El Congreso prepara la desaparición del Coneval, ahora la pobreza la medirá el Inegi

En el país que viven 46,8 millones de personas en situación de pobreza y que cuenta con múltiples programas de desarrollo social que prometen combatirla, ya no existirá la institución especializada en hacerse cargo de medir la pobreza. La noche del miércoles la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados aprobó la extinción del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval). Sus atribuciones las adquirirá el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). El proceso de eliminación solo brindaría una liquidación a 49 de las cerca de 180 personas que trabajaban en la institución, con un presupuesto destinado para su desaparición de 14,4 millones de pesos.

El Coneval era un órgano autónomo encargado de contar, de manera multidimensional, la pobreza del país, pero también evaluaba los programas y las políticas de desarrollo social que implementaban los Gobiernos locales y el nacional para combatir la pobreza. Sus resultados eran entregados a las autoridades, junto con recomendaciones sobre políticas públicas, en busca de mejoras. En el último estudio, de 2022, reportaba que 46,8 millones de personas vivían en situación de pobreza en el país, lo que representaba una reducción de 5,1 millones, sin embargo, en el caso de la pobreza extrema el número de personas incrementó de 8,7 a 9,1 millones de personas, en comparación con el 2018.

La desaparición del organismo fue planteada al inicio del mandato presidencial de Andrés Manuel López Obrador, en julio de 2019, cuando el mandatario aseguró que era probable que formara parte de los recortes por austeridad. El expresidente afirmaba que el Inegi realizaba el mismo trabajo en cuanto a la medición.

La mañana de este jueves la presidenta Claudia Sheinbaum repitió esa afirmación y aseguró que “tiene mucho sentido que [el Inegi], que hace la Encuesta Nacional de Ingresos y Gasto de los Hogares (ENIGH) hagan la evaluación de la pobreza a partir de la metodología de Coneval, no tiene por qué dudarse que se va a hacer una evaluación que dé continuidad a las evaluaciones”.

Actualmente, el Inegi no cuenta con las atribuciones para realizar evaluaciones, de acuerdo con las funciones que indican las leyes secundarias que rigen a la institución. Graciela Márquez Colín, presidenta del Inegi, señaló ante los medios, en enero de este año, que requeriría conocer las modificaciones que realizará el Congreso para saber cómo implementarán las evaluaciones de programas sociales. En la cuestión de levantamiento de información lo realizarán con el mismo rigor técnico con el que hacen el resto de los datos que recolectan.

Graciela Teruel Belismelis, actual directora de la División de Estudios Sociales de la Universidad Iberoamericana, señala que las tareas del Coneval no solo toman en cuenta los recursos otorgados a los beneficiarios de los programas sociales, sino cómo impacta esto en sus vidas. Teruel pone como ejemplo: no se sabía “si con un litro de leche, del programa Liconsa, se lograba combatir la anemia de los niños, solo se sabía el número de litros de leche que se repartían”.

Gerardo Esquivel, quien fuera subgobernador del Banco de México, entre los años 2019 y 2022, también alertó en su cuenta de X, en julio de 2019, que las funciones del Coneval sobre evaluación del diseño de las políticas sociales están ven ligadas a la independencia y a la objetividad de la institución. Recordó que el Coneval fue la primera institución que “reaccionó ante un cambio en la metodología del Inegi para medir el ingreso” y esto hubiera “generado una falsa y equivocada idea de reducción de la pobreza”. Entonces resaltó que si bien el Inegi tenía la posibilidad de “recopilar y procesar la información, los criterios metodológicos deben ser validados por otra instancia”, que en el caso del Coneval eran los expertos independientes que lo conformaban.

El descontento de López Obrador con el Coneval

Unos días antes de la declaración del entonces presidente mexicano sobre la posible desaparición del Coneval, el Secretario Ejecutivo del Coneval, Gonzalo Hernández Licona, planteaba en una columna que los recortes que la nueva istración exigía como parte de la “austeridad republicana” afectarían a sus trabajadores. Entonces la Secretaría de Bienestar apuntaba que no existía la idea de desmantelamiento de la institución. Dos días después, Hernández Licona fue removido del cargo.

En agosto de 2023, cuando el Coneval publicó la última evaluación de pobreza, el presidente aseguró que tenía “otros datos” y no aceptaba el resultado. Consideraba que la gente recibía más apoyo y aun con la pandemia las personas contaban con recursos para su consumo básico. Aseguraba que debía de modificarse la forma de medición, sin depender solo con indicadores económicos, pues él tenía su manera de medir, aunque no especificó cuál sería.

En el mismo año el presidente planteó la eliminación de la institución como parte de una reforma, junto con la eliminación del resto de los órganos autónomos, como el Instituto Nacional de Transparencia, a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) y el Instituto Federal de Telocomunicaciones (IFT), bajo el argumento de López Obrador de recortar el presupuesto para destinarlo a otras funciones.