La nueva educación pública mejora y se consolida

Esta semana presentamos la Cuenta Pública 2024–2025 de la Dirección de Educación Pública, una instancia que no solo nos permite rendir cuentas, sino también renovar nuestro compromiso con una educación pública de calidad y con vocación de excelencia.

Esta gestión comenzó con 11 Servicios Locales de Educación Pública (SLEP) en régimen y finalizará, el 1 de enero de 2026, con 38 SLEP en funcionamiento. En apenas cuatro años, hemos triplicado el sistema, dando paso a una escala inédita: 3.658 establecimientos, más de 1.100.000 estudiantes y más de 120.000 trabajadoras y trabajadores que hacen posible la nueva educación pública día a día.

Pero crecer no basta. Lo que verdaderamente importa es que ese crecimiento se traduzca en resultados. Y eso ya está ocurriendo. Los aprendizajes mejoran. El SIMCE 2024 muestra avances significativos en lectura y matemáticas, especialmente en 4° básico. Las escuelas de la Nueva Educación Pública están enseñando más y mejor. Es, quizás, el mensaje más potente que podemos entregar: cuando mejoran los aprendizajes, mejora todo lo demás. Aumenta la confianza en el sistema y se fortalece la motivación de las comunidades educativas.

Estos logros no son casualidad. Se deben al trabajo sistemático que hemos desplegado en acompañamiento técnico-pedagógico, al fortalecimiento del liderazgo directivo, al combate del ausentismo y a la planificación conjunta entre los distintos niveles del sistema. También reflejan el esfuerzo por instalar capacidades técnicas en los nuevos SLEP, con equipos que aprenden, colaboran y entienden que este nuevo sistema requiere formas distintas de trabajar: con foco, con técnica y con compromiso.

La transformación que vivimos está siendo monitoreada en nueve dimensiones estratégicas, que orientan nuestro trabajo y nos permiten avanzar con una mirada sistémica. Ya hicimos referencia a la más importante, la de aprendizajes. Ahora bien, en infraestructura, intervenimos 1.094 establecimientos durante 2024 e iniciamos 50 nuevos proyectos mayores. Porque aprender en espacios seguros y dignos es una condición esencial.

Otra de las dimensiones es la digital, en la cual hemos impulsado una estrategia que incluye un nuevo software nacional de remuneraciones, que comenzará a implementarse en varios SLEP. En el caso de la participación, fortalecimos las instancias y espacios de participación de todas nuestras comunidades, porque sin escucha activa no hay transformación sostenible.

Por supuesto, este camino no ha estado libre de obstáculos. Persisten dificultades estructurales heredadas del modelo municipal previo, como el enorme déficit financiero que nos heredan, la fragmentación de la gestión y las brechas en capacidades técnicas. A ello se suman desafíos propios de un sistema que se expande rápidamente. Pero no los eludimos. Los enfrentamos con decisión, colaboración interinstitucional y una voluntad firme de mejorar.

Hoy contamos con un sistema que camina, que aprende, que crece. Con presencia territorial real, con comunidades activas, con equipos que creen en lo que estamos construyendo. La Nueva Educación Pública ya no es una promesa: es un sistema en movimiento. Y la cuenta pública es mucho más que una obligación legal. Es una invitación a mirar lo que somos capaces de hacer cuando el foco está en los aprendizajes de excelencia, cuando trabajamos juntos y cuando ponemos el futuro de niños, niñas, jóvenes y adultos en el centro de nuestras preocupaciones. La educación pública va a cambiar y está cambiando vidas. Y ese esfuerzo, sin duda, vale la pena.