La última epopeya de Charles Mingus

Nada lo frenó, ni siquiera un final anunciado. 1977 fue el último gran año para Charles Mingus, y uno de los más activos de su vida, a pesar de una salud que caía en picado y que pronto desembocaría en un diagnóstico devastador.

En marzo volvió al estudio, después de más de dos años, para grabar Three or Four Shades of Blues y Cumbia & Jazz Fusion, sin saber que serían sus últimos álbumes con material original en los que tocaría el contrabajo —en noviembre grabaría una última sesión auspiciada por Lionel Hampton reinterpretando viejas composiciones, ya con Mingus en horas muy bajas; en el resto de su obra grabada hasta su muerte, el contrabajista ejerció solo de director, postrado en una silla de ruedas—, y en verano, a pesar de su estado de salud, se embarcó en las gira más larga e intensa de su vida, que lo llevó de EE UU a Sudamérica y Europa durante varios meses.

Algunos aficionados veteranos recordarán su paso, en julio de 1977, por la segunda edición del Festival de Jazz de Sitges y por el último concierto que daría Mingus en nuestro país, en el Festival de Jazz de San Sebastián (que ya lo había tenido en 1974, en un concierto memorable con su grupo junto a George Adams, Don Pullen y Hamiet Bluiett).

En esa última gira del 77, el quinteto retenía dos de sus pilares: por un lado, el trompetista Jack Walrath, que ya llevaba varios años con Mingus y había brillado con fuerza en sus álbumes Changes One y Changes Two; por otro, el más fiel y constante acompañante que tuvo en toda su vida: el carismático baterista Dannie Richmond. Junto a ellos, el excelente pianista Bob Neloms y Ricky Ford, que con solo 23 años ya era uno de los grandes saxofonistas de su generación. Juntos conformaron una banda sólida y vibrante, a la altura de otras formaciones clásicas de Mingus, aunque la historia no los haya tratado tan bien —y eso que, tras la muerte del líder, Richmond capitaneó esta misma formación durante la primera mitad de los 80, con Cameron Brown ocupándose del contrabajo y un repertorio en el que abundaban las composiciones de Mingus—.

Por eso la publicación de Mingus in Argentina (Resonance), grabado a principios de junio de 1977 en Buenos Aires, es un pequeño hito en la discografía del legendario contrabajista: porque no hay prácticamente ningún registro de esta última banda estable que lideró: ninguno oficial hasta ahora, ni con un sonido de primera, como es el caso. Aunque algunas de estas grabaciones han circulado de forma ilícita con anterioridad, el sonido de esta edición parte de las cintas originales, y se nota. Dicho esto, la música que contiene es superlativa y muestra un grupo absolutamente cohesionado que, a pesar de que Mingus no posee la fiereza y la garra de sus mejores tiempos, despacha varias interpretaciones soberbias.

A finales de noviembre estaba programada otra gira por Europa, pero el estado de Mingus iba empeorando, y finalmente esta se canceló. Ese mismo mes se le diagnosticó ELA. Trece meses después, el 5 de enero de 1979, falleció a los 56 años, poniendo fin a una de las obras más personales y brillantes del jazz y la música negra. Escuchar hoy, por fin, los últimos días de Mingus en directo en todo su esplendor, es una experiencia emocionante.

Mingus in Argentina. The Buenos Aires Concerts

Charles Mingus
Resonance